Ocurrió en una estación del metro de Londres, donde un caballero que procuraba bajar las escaleras mecánicas de una manera curiosa, llamó la atención de uno de los pasajeros, quien al mirar tal ingenio, decidió grabar a tal hombre que llevaba unas copas demás.

Para asombro de todos, al parecer, el hombre ebrio pensó que todos estaban equivocados y obstinadamente procuraba bajar sin si quiera avanzar un pelo; sosteniéndose con tan sólo un brazo. Minutos después, se puede observar a una dulce muchacha pelirroja que aparece para ayudar, aunque por lo visto, su insistencia no pudo hacer mucho para evitar el ridículo de este obstinado caballero.